LA IMPORTANCIA DE LA EXFOLIACIÓN ANTES DE TOMAR EL SOL
Llega el buen tiempo y todos queremos poner a punto nuestra piel para que reciba los primeros rayos de sol y vitaminas que el verano nos ofrece.
Y es que el sol tiene múltiples beneficios para la salud: favorece la formación de vitamina D en el cuerpo que ayuda a la absorción de calcio en huesos y dientes; estimula el riego sanguíneo, la circulación arterial y la dilatación de los capilares; multiplica los glóbulos rojos y favorece la circulación de oxígeno a través de la sangre; tonifica el organismo y mejora la concentración.
Pero a pesar de todos estos beneficios, es bien sabido por la mayoría que la exposición solar debe ser breve y controlada. Debemos evitar las horas más perjudiciales, desde las 12 del mediodía hasta las 4 de la tarde. Además recuerda que el césped refleja el 3% de la radiación solar, el agua entre el 5 y el 10%, la arena entre el 15 y el 30% y la nieve hasta el 85%.
Es muy importante que además de utilizar protección solar cada vez que nos expongamos al sol (puedes leer nuestro post sobre protección solar aquí), tengamos en cuenta otros cuidados básicos y claves como la exfoliación.
¿Qué beneficios aporta la exfoliación?
La exfoliación o peeling es un cuidado básico e indispensable para lucir una piel lisa y satinada. Nuestra piel realiza una exfoliación de manera natural. En pieles normales este proceso natural dura unas cinco semanas pero con el paso de los años el proceso de renovación celular se ralentiza, por lo que la piel necesita una pequeña ayuda para regenerarse.
Debido a su efecto renovador, veremos que tras la exfoliación la textura de la piel se transforma visiblemente, dándole un aspecto más radiante, fresco y juvenil. Al eliminar las células muertas que obstruyen la superficie, la piel está mucho más receptiva para recibir los principios activos de cualquier producto o absorber vitaminas. De ahí la importancia de realizar varias exfoliación corporales previas al verano.
Además, este ritual de belleza es ideal para aquellas personas que usan cremas autobronceadoras, porque evita que la crema quede aplicada a parches. Es el mejor truco para lucir un bronceado perfecto.
Cómo usar un exfoliante
Normalmente los exfoliantes los aplicaremos en la ducha con una esponja o guante de rafia que nos ayude a extender bien los gránulos. Pero también lo podemos aplicar con las manos dando un ligero masaje (si el grano del exfoliante es muy grueso y frotamos demasiado fuerte podemos irritar la piel) en movimientos circulares. Lo podemos aplicar por todo el cuerpo, teniendo en cuenta que para el rostro existen exfoliantes especiales. Este proceso lo repetiremos en pieles normales una vez a la semana.
Después del verano, una vez cada quince días será suficiente.
Hoy en día podemos encontrar exfoliantes de varios tipos, como los de textura en gel, que son menos agresivos y podemos utilizarlos diariamente como gel de ducha. Limpian y exfolian a la vez. Para maximizar sus beneficios te recomendamos que sigas usando la esponja exfoliante.
Tras la exfoliación, el segundo paso para depurar nuestra piel antes de tomar el sol será la hidratación. Una hidratación profunda es imprescindible para lucir una piel bonita en verano ya que ayudará a que su superficie sea homogénea y más luminosa. Se recomienda la aplicación de cremas ricas en nutrientes dos veces al día. Otra opción es el aceite de rosa mosqueta que, además de retrasar el envejecimiento, reequilibra la barrera hidrolipídica y reduce manchas, arrugas y cicatrices gracias a que contiene vitaminas A y C (lo utilizaremos solamente de noche para evitar manchas en la piel).
