Descripción
El Ácido Hialurónico es una sustancia que se encuentra de forma natural en nuestra piel, pero con la edad el organismo va reduciendo su producción de forma natural.
Si nos decidimos a comprar Ácido Hialurónico incorporándolo a nuestros cuidados cosméticos, ayudamos a ralentizar el envejecimiento de la piel. Es uno de los agentes hidratantes más eficaces que hay.
Entre las propiedades del Ácido Hialurónico destaca que mantiene la piel firme y elástica, además de favorecer la producción de colágeno.
Asimismo, desempeña un papel importante en la hidratación de los tejidos, la lubricación y la función celular, siendo capaz de mantener un 70% más de agua que cualquier otra sustancia natural.
Podemos aprovechar el máximo de las propiedades del Ácido Hialurónico si lo usamos en geles basados en agua o en emulsiones del tipo aceite-en-agua.
Tipos de Ácido Hialurónico
Están disponibles dos tipos de Ácido Hialurónico, de alto peso molecular y de bajo peso molecular.
El Ácido Hialurónico de alto peso molecular (1 – 1,5 millones de Dalton) penetra menos profundamente en la piel, sin embargo tiene una capacidad hidratante extraordinaria y un fuerte efecto alisador de arrugas. Su efecto hidratante es mayor formando una película fina sobre la piel (sin ser oclusivo) que impide su deshidratación.
Tiene un fuerte efecto alisador de arrugas. Su capacidad de retención de una enorme cantidad de agua evita la pérdida de agua transcutánea por evaporación y, por lo tanto, actúa como humectante. Al comprar Ácido Hialurónico estarán apostando por un producto con un alto efecto reafirmante, tensor y poder alisador.
Uso: Añadir el Ácido Hialurónico a la fase acuosa. Se recomienda diluir el polvo primero en un poco de alcohol o agua y añadirlo luego a la fase acuosa. No calentarlo más de 70°C.
Dosificación: 0,1 – 0,5%
Aplicaciones: El Ácido Hialurónico es idóneo para añadir a productos hidratantes de cuidado facial y corporal como cremas y lociones anti-envejecimiento o productos de cuidado post-solar.
